Redefiniendo el liderazgo: las lecciones de un MBA

¿Un cambio de switch puede transformar una carrera? Eso fue exactamente lo que vivió Daniel Fuchs, asociado de Matrix Consulting, al decidir dar un salto profesional cursando un MBA en Columbia University. Como muchos, enfrentó preguntas inevitables: ¿Estaré preparado? ¿Podré competir con profesionales de todo el mundo? Y, como suele ocurrir cuando enfrentamos lo desconocido, las respuestas superaron sus expectativas.

Cuando inició este camino, veía un panorama lleno de desafíos. Como muchos chilenos que optan por estudiar en el extranjero —alrededor de 200 cada año—, Daniel partió comparando su formación frente a la de sus compañeros internacionales. “Sin embargo, la realidad allá afuera es otra. Descubrimos que nuestra formación académica es sólida, nuestra experiencia laboral más madura y nuestro liderazgo, sin darnos cuenta, sobresale frente a la media. Ese miedo inicial se transforma rápidamente en confianza”, afirma.

Durante el MBA, la irrupción de tecnologías disruptivas, como el lanzamiento de ChatGPT, marcó un antes y un después. Esta herramienta, que fue estrenada en noviembre de 2022 (justo cuando él vivía en Nueva York), abrió nuevas posibilidades para las organizaciones y personas: desde generar contenido con sólo un par de indicaciones (prompts), identificar patrones, hasta optimizar decisiones estratégicas. Para él, estar en primera fila de este lanzamiento confirmó su interés por estar siempre al día con las tendencias tecnológicas y cómo integrarlas, sino también cómo traducirlas en resultados concretos para las empresas.

Pero el MBA no solo trata de tecnología y teorías complejas. Para Daniel, uno de los aprendizajes más importante fue perfeccionar sus habilidades blandas, especialmente con la multiculturalidad que vivió. “Liderar equipos, construir relaciones e incluso vender una idea son habilidades tan cruciales como entender el mercado o analizar datos. A veces olvidamos que las personas son el motor detrás de cada innovación y hacerlo con la perspectiva de diferentes culturas es fundamental para tomar decisiones más inteligentes”.

Además, la experiencia fue aún más enriquecedora porque no la vivió solo. Junto a su esposa, exploró nuevas culturas, aprendió a adaptarse a realidades distintas y encontró en cada situación una oportunidad para crecer. «Compartir esta etapa con ella me ayudó a mantener los pies en la tierra, a valorar los pequeños logros y a disfrutar del proceso, incluso cuando las cosas se ponían complicadas». Además, cuenta que fue durante esta gran experiencia es que se convirtieron en padres. Como él dice, “Una baby Matrix”. 

Los momentos más memorables no siempre estuvieron en los casos de estudio o las estrategias. A veces, un almuerzo improvisado con compañeros de distintas nacionalidades se convertía en una lección sobre cómo abordar problemas desde ángulos totalmente nuevos. Fue en esos encuentros donde Daniel entendió que la verdadera riqueza del MBA residía en la diversidad: culturas, idiomas, historias y maneras de enfrentar desafíos.

“Mi vuelta a Matrix para romperla”

De regreso en Matrix, Daniel no solo trae aprendizajes técnicos, sino también una perspectiva global que enriquecerá tanto a los equipos como a los clientes. La combinación de su visión global con un conocimiento profundo del mercado local se traduce en una ventaja competitiva única. Ahora, cada proyecto y cada desafío se abordan con herramientas más poderosas y una mirada más amplia, pero con el mismo propósito de siempre: generar impacto.

La lección más importante que le dejó el MBA no fue una técnica revolucionaria ni una teoría compleja, sino algo más valioso: el recordatorio de que, la mayoría de las veces, el único límite son nuestras propias dudas. Creer en nuestras capacidades nos abre puertas y nos convierte en líderes.