Diversidad, liderazgo y consultoría: el impacto de un MBA

Todo gran desafío comienza con una pregunta: ¿qué sigue?. Cuando Astrid Ammann llegó a Matrix Consulting en 2017, recién graduada de Ingeniería Civil Industrial en la Universidad Adolfo Ibáñez, no imaginaba que esa decisión sería el primer paso hacia una transformación profesional y personal, y que significaría estar dos años cursando un MBA en London Business School (LBS). En esta entrevista, Astrid comparte cómo su experiencia en Matrix la preparó para este desafío y cómo su tiempo en Londres redefinió su perspectiva sobre el liderazgo, la diversidad y el impacto profesional.

“Matrix fue mi primer trabajo, todo lo que soy profesionalmente se lo debo a este equipo», comenta Astrid al recordar sus primeros años en la firma. Desde proyectos organizacionales hasta desafiantes propuestas de consultoría, Matrix se convirtió en el espacio donde desarrolló herramientas esenciales para estructurar problemas, trabajar en equipo. pensar fuera de la caja y superar expectativas. Estas habilidades, explica, fueron fundamentales durante su MBA, especialmente al enfrentar proyectos grupales con personas de más de 60 nacionalidades diferentes.

¿Y cómo fue ese paso? El MBA, fue la oportunidad perfecta para conectar todas esas piezas. Desde el primer día, Astrid notó que esta no sería una experiencia común. El aprendizaje no venía solo de las aulas, sino de la riqueza de perspectivas que aportaban compañeros de todo el mundo. “Para mí era muy importante la diversidad. Me gustan mucho los temas organizacionales y siento que la diversidad y la cultura son aspectos muy relevantes. Sabía que en Europa, y especialmente en Londres, podía encontrar eso”, explicó. Las herramientas y experiencias aprendidas la llevaron hasta trabajar en un proyecto en Katmandú, donde trabajó con una empresa de reciclaje de plástico. “Fue un recordatorio poderoso de que las mejores prácticas siempre deben adaptarse a las realidades locales», reflexiona.

Otro aspecto destacado fue su rol en MBA Chile Europa, una organización que busca conectar a estudiantes chilenos en programas de MBA en Europa. “Junto a Ignacio, también asociado de Matrix, decidimos liderar la organización y darle un nuevo impulso. Uno de los mayores logros fue organizar conferencias que reunieron a chilenos de todo el continente, creando comunidad y promoviendo reflexiones sobre cómo aportar al desarrollo del país desde nuestra experiencia.”

Sin embargo, el MBA no sólo trajo conocimientos técnicos. También reveló un espacio para reflexionar sobre el liderazgo femenino en la consultoría. “Hay pocas mujeres en posiciones senior, y eso debe cambiar,” afirma. Aunque valora los avances en diversidad, considera que la industria tiene mucho camino por recorrer, particularmente en crear entornos que permitan un balance sostenible entre vida y trabajo. Es por esto que al preguntarle qué asignatura crearía en el MBA, Astrid sin dudar elige liderazgo femenino. “Sería inspirador tener más espacios para discutir cómo las mujeres podemos liderar de manera efectiva y equilibrada en industrias dominadas por hombres.”

El impacto del MBA también dejó huella en lo personal. Astrid describe esta etapa como una experiencia que puedes vivir en cualquier momento de tu vida. Según cuenta, los programas incluyen actividades diseñadas tanto para quienes viajan con sus parejas o hijos como para quienes van solos, fomentando redes de apoyo que trascienden lo académico. Esto demuestra que aprender y crecer no se contradicen con la vida personal; al contrario, pueden complementarse.

Aprendizaje global para soluciones locales: El regreso a Matrix

El regreso a Matrix Consulting marca ahora un nuevo capítulo. Astrid, ahora como asociada, reconoce que Matrix fue clave en dos aspectos de cara al MBA: la experiencia de trabajar en equipos diversos y la confianza para enfrentar desafíos complejos. La confianza, colaboración y la capacidad de adaptarse a contextos diversos son ahora los pilares sobre los que construye impacto en cada proyecto. Estos aprendizajes se potenciaron durante el programa y hoy son la base de su renovado enfoque. Aunque extraña la diversidad diaria de Londres, valora profundamente la oportunidad de contribuir al desarrollo de Chile.

Una experiencia transformadora

Cuando se le pide un consejo para quienes consideran hacer un MBA, Astrid no duda: “Es una experiencia que te cambia la vida. No solo por los conocimientos académicos, sino también por las aventuras, las personas y la perspectiva que adquieres. Es una oportunidad que nadie se puede perder”.

Astrid Ammann es un ejemplo del impacto que puede tener combinar el aprendizaje global con un compromiso regional. Su historia inspira a otros a atreverse, explorar y regresar con una visión más amplia para transformar su entorno.